Im garten Eden – Epílogo



EPÍLOGO

Im garten Eden

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Dentro del género fantástico, la imaginería nazi siempre ha despertado las más calenturientas y audaces especulaciones. Será por la estética del mito creado a partir de finales de la Segunda Guerra Mundial entorno al enemigo vencido, o puede que sea por el esoterismo exacerbado que impregnaba el Tercer Reich, pero en cualquier caso es innegable que, para el occidental medio, pocos regímenes políticos personifican mejor el mito de «los malos», siendo Adolf Hitler su supervillano perfecto. A falta de que Kim Jong Un lo desbanque, esta idea sigue grabada en nuestras mentes, es pura mitología moderna, y la realidad histórica subyacente suele ser mucho más compleja y matizable, aunque no haya en ella justificación alguna.

Y debemos escuchar los mitos como los niños que fuimos, aquellos niños que aprendían a través de los cuentos de Andersen o los hermanos Grimm, pues mitos y mitologías son el subconsciente de las culturas humanas, y nos indican en qué sueñan las civilizaciones; de ahí su importancia y su componente onírico; de ahí que debamos estudiar su significado para saber cuándo viene el lobo de verdad.

Pero el nacionalsocialismo es sólo parte del decorado en este cuento fantástico, y mi objetivo no era hablar de él ni de los nazis, sino de la prepotencia y el sentir colonial que compartimos en gran medida con ellos: alzándonos como salvadores de otros pueblos, como maestros de otras culturas o evaluando de forma muy sesgada el valor de las cosas, especialmente la vida, según la proximidad de la misma. Bien debemos confesar que, en muchos casos, nos creemos superiores a las demás culturas, y este es el pecado original que ha propiciado tantos y tantos males alrededor del globo. Porque hay que entender la diferencia, respetarla y amarla. Esa es la base, según mi opinión, de un futuro próspero.

Pero dejemos a un lado estas reflexiones pretenciosas, y hablemos del relato en sí. Diré primeramente que aspira a ser un cuento para adultos conformado entre el misterio de lo esotérico y la tensión pre-bélica de finales del 38. He intentado darle a la historia aires lovecraftianos que olieran sutilmente a horror cósmico, también dejes a lo Indiana Jones, y por qué no, he aplicado algunas recetas de las más baratas novelas adolescentes de aventuras.

Pero siendo sincero, en última instancia, el objetivo del cuento que acabas de leer es darme a conocer como autor de ficción. Con tal de que me lean quienes nunca me han leído, y abrirme camino, brazada a brazada, en el tortuoso mar de la escritura. Abrirme paso en unos tiempos tan prolíficos gracias a la democratización de los medios, pero a la vez tan difíciles para los nuevos autores. Difíciles debido al gran número de contenidos de entretenimiento que tenemos a nuestra disposición. Porque por muy bueno o muy mediocre que sea un libro, si no es leído, metafísicamente, no existe; es mera fantasía vaporosa, que no literatura.

Por lo tanto, si te lo has pasado bien leyéndome, debo decirte que en julio de 2014 publiqué un novela titulada «Espejos circunflejos» que quizás pueda gustarte. Se trata de una Odisea futurista, con una trama principal que transcurre en el año 2837 d.C., pero que a la vez viaja por distintas épocas históricas a través de microrelatos interconectados. Es una novela de 574 páginas a la que he dedicado 4 años, mucha ilusión, y seguro que no te dejará indiferente. Si buscas algo distinto y fresco, tantéala; en la página web de la misma puedes descárgate un capítulo.

Finalmente, agradecerte que hayas invertido un ratito de tu vida en conocer mi trabajo.

Gracias y suerte.

 

FTMasSana,

15 de abril del 2015


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