Mientras veía el tele-noticias, hablando del paquete de medidas que el gobierno estadounidense va a instaurar para sufragar la crisis, con la mayor inversión que nunca se ha realizado en una intervención económica por parte de un gobierno, un comentarista anotaba un concepto : “socialismo para ricos”. Curioso concepto, he pensado.

¿Pero qué significa exactamente? Significa que el gobierno va a utilizar el dinero estatal, el dinero de todos los contribuyentes, ricos o pobres, para evitar las posible pérdidas de aquellos que más dinero tienen. En principio, por mi parte que cada gobierno haga lo que quiera, sin embargo, lo que me llama la atención y voy a comentar es la incongruencia de los que participan del llamado sueño americano, la contradicción del capitalista que nace con esta acción de la Casa Blanca.

Las bases teóricas del capitalismo, del que bebe irremediablemente EEUU, se fundamentan en una especie de kármika-económica que determina que el esfuerzo y la capacidad producen dinero si se utilizan adecuadamente. El que es rico lo ha conseguido porque ha luchado para ello, el que es pobre es porque no ha luchado o no tiene suficiente capacidad. En esta ideología, que entendí perfectamente gracias al libro “la Rebelión del Atlas” de Ayn Rand, se cree que el intervencionismo estatal es una lacra por si mismo, las ayudas sociales, entidades públicas e impuestos son ladrones que hay que aprender a esquivar, y que no tienen ningún tipo de legitimidad. Para este pensamiento, ayudar a los débiles significa premiar la incompetencia. Ni dios, ni estado, ni rey. El hombre se enfrenta al mundo él solo y conseguirá lo que las leyes de la selección natural determinen.

Y es eso lo que me sorprende. Ahora esos capitalistas “la vida es una selva”, le piden ayuda a papá. ¿Hipocresía? No, no más que la que compartimos los demás mortales. Un hecho que nos confirma que el entorno confecciona al individuo terriblemente. Es como el hombre pobre que gana mucho dinero de la noche a la mañana, y al conseguir poder se convierte en un déspota igual que aquellos que él antes despreciaba.

Pero, ciertamente, la gente con menos recursos de Estados Unidos deberías estar alerta, ya que se sienta un precedente peligroso. La mayoría de economistas dirán: “-Si caen los ricos después caerán los pobres.” . Ya. Eso lo dicen tratando de convencer al personal los que se asoman desde las alturas de la caída. Los que están en el suelo, mucho no pueden caer.

Todo este tinglado me recuerda un dicho, con el que finalizaré:

El león despierta cada mañana en la sabana, y si durante el día no corre lo suficiente para atrapar una gacela, morirá de hambre.

La gacela despierta cada mañana en la sabana, y si durante el día no logra correr más que el león, morirá devorada.

No importa si eres un león o una gacela, pero cuando despiertes en la sabana, más vale que empieces a correr.

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