Niall Noígíallach



h.giface unos meses, dando tumbos a la deriva por la red, fui a parar a la web del national geographic. Sus reportajes suelen ser un poco sensacionalistas y no ahondan demasiado en los temas, no obstante, es el lugar idóneo para encontrar referencias a descubrimientos de última hora en un amplio abanico disciplinar. Mi asombro fue al descubrir que se estaba llevando a cabo un estudio genético a gran escala sobre las migraciones, y que todo el mundo podía participar (previo pago de un importe razonable, unos 100 dólares). Era el Genographic Project, un proyecto que contaba con la colaboración de IBM para analizar millones de muestras genéticas. Sin dudarlo, me apunté.

Realicé el análisis de las mutaciones acontecidas en mi cromosoma Y chupando un palillito tipo CSI durante un buen rato y enviándolo a Houston vía correo postal. La particularidad del cromosoma Y es que solo se pasa de padre a hijo varón, y de esta forma podemos trazar el recorrido por línea paterna directa desde hoy hasta nuestro abuelo común que salió de África.

La verdad, no esperaba encontrar ninguna sorpresa. Soy catalán de 4 ª generación, con ascendencias ibéricas y galas más allá de esta, como la mayoría de los que corremos por aquí.

Meses después, al llegar los resultados, de entrada todo parecía correcto. Mi halotipo genérico pertenecía a los primeros pobladores sapiens sapiens de Europa, aquellos que hace unos 30 o 40 mil años llegaron a estas tierras y se cargaron a los neandertales que las habitaban. No se si eran más listos que sus rivales, pero sin duda tenían un arma que los hacía superiores, el pensamiento simbólico muy desarrollado. Estos cromañones se esparcieron por España, centro-europa, las islas británicas e Italia. Se vincula estas poblaciones con las lenguas no-indoeuropeas tales con el vasco, el etrusco, el íbero, etc.

irishchild.jpgPero al final de la lista de mutaciones, había una, la más reciente, que me llamó la atención. Era la R1b1b2e (o R1b1c7 en nomenclatura antigua).
Investigando descubrí que se trataba de una mutación muy reciente, que se había producido en el noroeste de Irlanda. Se creía, según leí, había sido propagada por un rey Irlandés del s. IV conocido como “Niall of the Nine Hostales”, considerado el hombre más fecundo de la historia después de Gengis Kan dado que la mayoría de los Irlandeses (contando los miles esparcidos por el globo) llevan su mutación. Así pues, tuve un antepasado Irlandés. Curioso.

Confirmé el hallazgo al apuntarme a familytreedna.com, donde buscan gente que también se haya hecho el test genético y tenga una correspondencia contigo, es decir, tengáis un antepasado común. Mis correspondencias exactas pertenecen a apellidos tales como Flanagan, McLaughlin, McNabb, O´brien, McCord, Glynn, o Sweeney.

Entonces pensé que significado o valor tenía este dato. Realmente, un ser humano tira unas cuantas generaciones atrás y ya cuenta con el aporte genético de muchísima gente, uno de ellos, el sr. Flanagan, no es significativo. Sin embargo, el cromosoma Y que yo tengo, lo que me hace hombre, sí viene directamente de este ancestro. Ahora entiendo esas calenturas que me cogen a veces… a partir de ahora, creo que las llamaré las calenturas de Niall.slaine5.jpg

Si soy hijo de los Tuatha Dé Danann, hubo un tiempo en que luché contra los Fomore en la batalla de Magh Tuiredh, corriendo con los poetas-guerrero bajo las estrellas. Quizás me haga el estudio del DNA Mitocondrial, ¿Quién sabe que descubriré?

Ahora solo me queda cantar, como punto y final, mirando al noroeste, esa preciosa canción del valle de Strathmore…

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By the clear and the winding stream
In the valley of Strathmore
Where my love and I have been
Where we’ll wander never more

But if time was a thing man could buy
All the money that I have in store
I would give for one day by her side
In the valley of Strathmore

From the glen of the golden and the green
I left for a land far away
Where sadness has never been seen
Aye, and joy only costs a day’s pay

In Strathmore there’s a long working day
For a man with his hands on the plow
But it’s work I’d be happy to do
If at night I were lying with you

As I take a long draft from my glass
Oh, I’m drinking alone here again
And I try not to think of my lass
For the old days will ne’er come again

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