Retorno a los paramos zafios – Suomitasaavalta



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Agosto del 1998

oriol“Silbidos de Lira en el bosque encantado”

Me desperté de un sueño muy profundo y muy lejano con un eco, nublosamente irreal, de otra existencia olvidada. El viaje había empezado como si aún estuviera cerca de casa, de un matiz verde mojado con techo azul melancolía, de lluvia y tristeza.
La tierra de los caballeros matadragones se cernía al suelo, y que bonita era… en ella se podía oler la canción alegre de una doncella, y el aroma fresco del agua gorgoteando bajo el sol. ¡Aquí no hay Molinos! Tan siquiera algunos alienígenas digitales invasores de montañas, que arquitrabados imponen su metálica realidad.
¿ qué tal madame ? y su familia ?
Bonjour, mesier, y su mujer…?

Algodón nube en azul translúcido. Cantares campestres en lenguas sensuales en boca de rubias castañas, y mariposas revoloteando en la hierva ; eso es francia. ( de Mi a Sol )

“La tierra de los Godos” 1

Nos acercábamos poco a poco al límite que separaba los montes de verde y la tierra de los Godos, llamados bárbaros por los virtuosos de la sacra Cruz patilarga.
La primera señal : un horizonte cada vez más lejano, formado por montañas suaves y alargadas de cartón pintado ; después, el bosque rojo más negro que el carbón.
Puentes de vértigo y caminos para galgos nos transportaron a través de los germanos, demasiado amables como para ser bárbati.
Cada lavabo era un mundo, una nueva aventura en la que tirar de la cadena ; Señor Spock, prepárese para evacuar las substancias residuales; Scotti, grifos táctiles a toda potencia … (…) es entonces cuando aparece un Goodman del servicio de la limpieza, con una peculiar retirada a un enano de “mazmorras”, y te da un trocito de papel para que lo mojes.
Danken -digo yo- bitte -responde.norway2
Baldosas curiosamente ordenadas para dibujar en el suelo fuentes de granito, carruajes resplandecientes que con volidez nos adelantan, rubios y rubias y argentinos y españoles, y sólo Dios sabe cuantas cosas más.

“La tierra de los Godos” 2

La primera aldea a visitar: Köln, un paraíso gay para maricones aburridos. Es tan bonito y pintoresco todo que parece un juguete de playmobil, pero que en lugar de plástico utiliza piedra y madera. Siniestros que no hablan inglés, punks limpios, patines, y algunos pocos alemanes. ¡ Vaya ! creo que unos chicos alegres se dirigen a mí cuando dicen : Carnaza.
Buscamos un restaurante mejicano donde hay españoles y Vasca llamada Lara. No lo encontramos, lógicamente …
Next place : Amsterdame

“Pienso en la vida próxima para sobrevivir; no pienso en la vida lejana para vivir ” MAT.

“La tierra de los Godos” 3
Al atardecerse otro día nos incrustamos a la ciudad Neederlandesa de Hashland. Somona y algo de Gomona se filtraba diluidamente en el ambiente de calles fulgurantes, y, de las luces de neón, se escapaba la viscosidad del vicio, pegajosa y dulzona.
El paraíso tiene nombre, se dice que es un lugar de lejanía llana donde no se ha postrado aún la estupidez absoluta. Dicen, bien, decimos los que como yo se quejan de no tener una libertad que no se puede dar. Sueños de Gaya que huyeron de su casa para poder ser besados, y besar. Sueño de ocultos que se marcharon para el país de las hadas poder respirar, y fumarse de una bocanada, toda la realidad.
Realmente el carmín aquí es casi igual que en Barcelona, pero no sé, tiene un sabor especial. Cabinas, cipotes, y demás juguetes rellenan la ciudad, hay para todos los gustos, desde cuero negro color dolor hasta escaparates en los que perderse en rebajas.
Cae la luna que hace un amago con su plenitud, y nos adentramos en las calles rebosantes de borrachos alegres. ¡Fiesta Gay ! En un local de felicidad liamos nuestras dudas, y en una esquina ingerimos una última calada taciturna … y miramos las estrellas… you must drink -nos exige una puta en un local de Strip-miss; alguien enseña las tetas y nos vamos a otro -Only Members- y nos marchamos preguntándonos como sabe aquel gorila que no lo somos.
Pienso en Selene y en mi madre, tantas horas enchovado en un coche te hacen reflexionar… Me duele que haya llegado el final, me duele tanto recordar… Los generadores eólicos soplan mis tristezas con parsimonia. Nos vamos ya de esta tierra aplastada.
Dirección Hamburgo sueño que algún día me haré hombre ¿ Por qué esa rubia me enseña las bragas ! Mierda de ácido deseoso, que placer más cáustico que se me come la ilusión. Una vocecita dice : nunca. Otra grita : NO ! . Y mientras yo me cagüen todos los santos por no poder joder.
El mundo es inmenso… casi tan inmenso como su desolación.

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“Los primeros hielos a pisar” D~Mark

La luna apareció en su cenit en una noche extremadamente titánica. Las estrellas se perdían en el firmamento tras las nubes, y los lobos aullaron a la Diosa Selene una tiniebla más. Aquí empezaba el hielo y la escarcha de los arios. Praderas ocres y árboles de un verde puntiagudo.
Al día siguiente llegamos a la ciudad portuaria de Grenaa, que abandonada por los seres humanos, está poblada de soledad y color gris mojado. Jugamos a cartas en un bar durante la nona , ¡ pero quien hubiera dicho que había un tahur entre nosotros ! y así mojamos el tiempo en café con leche, con tropezones de picas y ases de manga.
Al anochecer fuimos al iniciático aquelarre del amanecer, como prueba de nuestra osadía. Que rubias ¡ Por Wotan ! y que rubios que me enderezan las ideas : rubia riciloba, que brincas al son grunge, rubia fina y clara, con chandal y amoe, Rubia malhumorada, de negro e insinuación, Castaña de pelo corto que me embriagas, y Negra de valor, Cerveza que conspira con mi jaqueca al relucir del sol.

Atravesamos el gran lago pidiendo limosna, y una vez en la isla, paseé por la playa de los vikingos, tranquila, sosegadamente, para darme cuenta que aquí, en la arena poluta, es donde realmente empezaba el viaje.

“La venganza de los Vikingos”
o the shadow of the raven

norway4La playa de los cazadores de osos y unicornios marinos es preciosa, llana y translúcida, abarrotada de medusas como minas antipersonal, que con su textura nos hacen reír del suflé. Me aborda la mente la imagen de Kirk Douglas saltando de su nave con cabeza de dragón y escudos laterales, hay algo de análogo entre la playa de celuloide y esta arena color sepia. Pequeños islotes liliputienses nos hacen sentir como aquellos gobernantes de países bimétricos como el monte de Athos; el canal de Andrés, la presa de Ferran, el puente de Eduard, y David, el economista real quejándose de los costes.
Vemos Oslo, con sus trolls, sus yonquis de photo, y sus spanien. Los genes se han reunido en esta ciudad apenas ciudad desde los rincones más lejanos del planeta; la universidad, nos saluda mientas andamos en busca de Vigeland : el gardin del eden, siquiera los Ángeles se han fosilizado, y un gran falo primigenio se eleva por encima las estatuas rodadas que la adoran. La rueda de la vida reta la gravedad en su parte menos decorosa, y la lluvia imprime en el granito un capa de aire nórdico, puro y de un color frio, terriblemente familiar.
En el coche improvisamos una sauna a la hora de comer, y al dia siguiente nos perdemos por suecia cercando el extremo este.

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Lagoon ; a Norway Song

En las aguas de profundidad gélida de un lago que, sin duda, escondía a algún ser primigenio aletargado en sus entrañas, me zambullí cauteloso. Habíamos cruzado un bosque inmenso, infín, y aquella salpicadura fresca helada y vidriosa, hacía temblar a mis entumecidas piernas, y a mi entumecida virilidad.
Edu bromea con una adivinanza de bienes de consumo, y el economista se alarga casi tanto como las horas de carro que vinieron, y que aterradoramente están por venir. Es entonces cuando dejamos a los isleños.
Aquí en norway las iglesias son templos paganos de incógnito, cual madera carcomida supura humedad, y entona una arcana melodía de llovizna. Los trolls y los vikingos ya se durmieron, descansan entre rocas y musgo, a la espera de otro Ragnarok, y yo cazo con la mirada renos tan escurridizos como duendes.suomi1
Si las Driadas tuvieran una tierra este moho sería su suelo, tanto verde me suena a postal.

“La carcajada de Suomi” HIPERBÓREA

suomi2 Un bosque envejecido y raquítico anuncia lo que se avecina, la tierra se vuelve calva, y se susita un ambiente tribal de montaña por las estacas que delimitan el camino. Cumbres nevadas, vientos que nacen gimiendo, y lapones decididos en hacerme creer en que producen figurillas típicas a producción industrial, o en Santa Claüs. El paisaje nos comenta su fugaz respiro de estas fechas, su piel pronto volverá a ser blanca, y tomamos un café con pastas y sonrisas gnómicas ; hasta un reno blanco tiene cara de lapón . Todo huele a grasa de cermúnido, y espero que nadie me muerda los cojones.

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Es aquí donde acaba la canción de la primera pequeña gesta, y el fuego del hogar supuso la vida al volver a la Comarca, y dicen que contaron su historia nietos de nietos, y muchos hijos más.


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