« el Cine Expresionista Alemán».

Todo empezó con “el grito” de Edvard Munch, una obra que salía de las entrañas, de los miedos oníricos. Su estética era nueva, aunque terriblemente familiar para muchos. Ese rostro se asemejaba a los seres que nos visitan por las noches, las sombras que conforman las pesadillas.

El cuadro fue pintado en 1893, y provenía de una mente maltratada, seguramente presa de un trastorno bipolar o esquizoide. Pero no hace falta estar mentalmente enfermo para hacer lo que hizo Munch, simplemente hay que saber abrir ciertas puertas.

Tiempo después, en la década de los años 20 aparece otro movimiento que, a pesar de que difiere en las formas y los soportes con Edvuard Munch, se asimila en un aspecto fundamental: su estética proviene del subconsciente. Es el cine expresionista Alemán.

Las formas exageradas, las sombras, los claroscuros, las fantasías de los sueños son presentes en muchas películas que se han englobado en el expresionismo Alemán en el cine.

Por un lado, tenemos el fin de la primera guerra mundial, que ha dejado el pueblo alemán desestructurado, sin confianza en el futuro, y con las terribles imágenes que una guerra imprime en la mente de los hombres. Por otro, los estudios sobre el psicoanálisis y el subconsciente desarrollados por Sigmund Freud o Jung empiezan a tener cierta significancia en el pensamiento colectivo, influenciando artistas y literatos de todo el globo. Con el estudio de la mente, y principalmente del subconsciente, se abre un nuevo mundo inmenso de inspiración; los deseos inconfesables, los miedos infantiles, son ahora pintura propicia con que empastar el lienzo.

El expresionismo alemán en el cine transmite desesperanza, inseguridad ante el terrible mundo que nos espera. En las últimas décadas han surgido artistas que se asemejan en la “exaltación formal de las pasiones oníricas” de sus obras, bien por haber bebido de estos primeros maestros, bien por estar en estado de percepción de la realidad similar. Pero la senda hacía los rincones más oscuros que dormitan bajo nuestro yo que empezaron a recorrer los expresionistas, es un camino que no tiene vuelta atrás. El dadaismo de André Bretón o el surrealismo de Dalí son claros seguidores de dicho sendero, aunque sin abordar tanto en el dolor y centrándose más en la lógica onírica. En el campo del cine: Alfred Hitchcock, Luis Buñuel o Tim Burton, sin dudarlo fueron influenciados por el cine expresionista alemán.

Existen ciertas similitudes entre la situación actual y la de aquellos locos años veinte en la vieja europa. La decadencia, el fatalismo y el hedonismo tuvieron un pico significativo igual que está pasando ahora. Los historiadores que crean en los ciclos históricos también verán muchos otros puntos comunes, pues dentro de poco ya podremos hablar del crack del 29 y compararlo con el crack del 2008, aunque esperemos que la estupidez humana no llegue a repetir ciertos horrendos errores subsiguientes. La situación es diferente, es verdad, así como los precedentes directos, pero entornos sociales tales como los de los años 20, o como los de la caída del imperio romano, suelen pronosticar una sola cosa: cambios profundos y dolorosos.

Para aquellos que no hayan podido ver o no conozcan algunas de las obras clave de esta corriente en los albores del cine, voy a hacer un resumen personal de los iconos que creo fundamentales:

Friedrich Wilhelm Murnau
Nosferatu (1922) ver película
Fausto (1926) ver documental
Fritz Lang
Destiny(1921) ver película
Metrópolis (1926) ver película
Georg Wilhelm Pabst
La Caja de Pandora (1929) ver película
Robert Wiene
The cabinet of dr. Caligari (1920) ver película

EXTRAS: (Cthulhu al estilo expresionismo alemán)
The Call Of Cthulhu

The Whisperer in Darkness