Por lo visto los aficionados al poker online que utilizaban la plataforma de uno de los grandes del sector, ultimateBet, han sido víctimas del juego sucio de algunos jugadores. Todo empezó a oler mal cuando un player de alias NioNio ganó en 3.000 manos unos 300.000 dólares. Comparando su índice de aciertos respecto al resto de jugadores, tenía aproximadamente 10 veces más suerte de lo que la estadística definía para ese tipo de juego. Este dato dio mucho que pensar, ya que las leyes de la probabilidad tienen excepciones y anomalías sorprendentes en su aplicación real, pero a la larga, todo tiende a compensarse. 3.000 partidas con tanta suerte era poco menos que un milagro.

Después de investigar el tema de forma interna, ultimateBet se percató que el suertudo de NioNio no era el único que desafiaba las leyes del azar, había unos cuantos que como tocados por su mano bendita estaban agraciados con el mismo don.

¿Que técnica utilizaban? ¿Que complejo sistema matemático había por fin derrotado al casino?
La respuesta es simple, como dijo Sun Tzu:

Debes haber ganado antes de empezar a luchar.

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Y así lo hacían, utilizando un script para ver las cartas de sus oponentes. La compañía, al armarse el escándalo inevitable al descubrirse el pastel, alegó que eran antiguos empleados, que habían perdido el puesto al cambiar de manos la empresa. Empleados de los que era difícil seguir el rastro, pues la historia de esta compañía es un complejo entramado de compras y absorciones que pasan por países tan exóticos como “Antigua y Barbuda”.

Ese sitio, Antigua y barbuda, me suscita viejas historias caribeñas de piratas y grog. Será porque en muchos sitios de internet que se dedican al “juego” dicen seguir sus leyes, y para mi, que pienso por relaciones e impulsos, doblones y caribe = a piratas. Por mis venas corre demasiado Monkey Island, quizás.

Sea como fuere, desde que se inventó el juego hubo alguien que quiso ganar de forma fraudulenta, o por lo menos, ser más listo que la banca. Pero, no nos engañemos, juegos como los dados o la ruleta son matemáticamente inquebrantables. Puedes ganar, sí, pero si sigues jugando siempre terminarás perdiendo o, en el mejor de los casos, volviendo al punto de partida. Esto me recuerda a no hace mucho años, cuando nuestro amigo Alexei montó un programa basado en la ruleta francesa, donde podías crear estrategias y probarlas en secuencias tan largas como desearas. A través de ese programa aprendí lo mucho que puede llegar a desviarse la probabilidad. Por ejemplo, en una apuesta 50%-50%, rojo o negro, las repeticiones seguidas de uno de estos dos colores puede llegar a 12 o más. La probabilidad es baja, pero pasa más a menudo de lo que se suele creer.

Al final, gracias al programita de Alexei llegamos a la fatídica e inevitable conclusión que no hay una técnica infalible. Bueno, sí, hay una, aunque es un egañabobos: apostar siempre el doble cuando pierdes. Siempre ganas, pero en ocasiones, deberías disponer de algunos billones para ganar un mísero euro.

En bolsa, que no deja de ser un juego de apuestas con más factores psico-sociológicos a tener en cuenta, pueden ayudarte el estocástico, los números de fibonacci o las bandas de bollinger, pero en difinitiva, si realmente quieres ganar dinero, debes ver las cartas de tu oponente.

Ultimamente, no se porque, me da la impresión de que más de uno sabe lo que va a pasar de antemano.