Al margen de los mundos paralelos



Según algunas interpretaciones de la física cuántica vivimos en un multiverso, y en él coexisten un sinfín de mundos paralelos con gatos y otras singularidades del espacio-tiempo.

El indeterminismo de dicha cuántica nos dibuja un escenario donde los acontecimientos son bicéfalos, y a cada acción le sigue tanto una reacción, como una realidad alternativa sin dicha acción. ¿Pero es posible? ¿O simplemente es producto de una mala compresión de qué es la cuántica? A mi entender la física cuántica nos presenta una manera de entender el mundo microscópico, pero no es una realidad en sí, sino un método estadístico de aproximación.  Por lo tanto no hay más mundos, o si los hubiera, “están en este”.

Sin embargo, desde el prisma de mi propio corpus metafísico que pregona que “todo lo que puede ser, es (en potencia)”, deberían existir incontables mundos paralelos, ni que fuera “en potencia”. Pero hay un factor determinante: “todo lo que puede ser, es”. Y todo lo que puede ser, no incluye aquello que no puede ser, que es aquello que no respeta la coherencia lógica necesaria para que algo pueda ser. Es decir, es posible aquello que sea sustentable matemáticamente en su conjunto. Que la realidad sea un “calamar” y luego “azul”, si no me pierdo nada y de forma absoluta, no puede ser.

Y yo me planteo entonces: en un mundo determinista, en cuanto lógico por imperativo metafísico, ¿cuántas realidades caben similares a la que actualmente mi consciencia cree transitar? Pues teniendo en cuenta que pequeños cambios en el estadio inicial de un sistema complejo, acarrean inevitablemente grandes cambios a largo plazo, no hay muchas posibilidades de que otros Yos estén en este momento, en otros universos, mirando por la ventana en lugar de escribiendo este artículo. Porque si las características del Big Bang fueran ligeramente diferentes, las partículas serían diferentes y el universo resultante sería distinto sin lugar a dudas. No habría ni la tierra ni Carlomagno, ni dioses ni entes   pensantes observando la tele. ¿Y más adelante? —Podrá preguntar alguno—. Más adelante no hay opción, no hay ninguna opción de cambio después de haber golpeado la primera bola del billar de la existencia. ¿O acaso si empujamos la negra, y no hay otros factores físicos que lo impidan, está no va a moverse? Hay que aceptar que nuestro desconocimiento no exime a la realidad de actuar, y no hay reacción que no tenga una razón de ser. Y si algo tiene una razón de ser, en unas condiciones concretas, no puede ser de otra forma si no cambian las condiciones, porque 2 + 2 es 4 hasta que no se añada otro número.

A la vista de lo expuesto, no les queda mucho margen a los mundos paralelos, y el mundo es como es porque es el que podía dar cabida a unos seres conscientes que lo observaran.

Habrá otros mundos posibles, y otras consciencias posibles, pero probablemente, no hablen inglés.


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