A menudo he puesto sobre la mesa la idea   de que tendencias de información   crean mareas de opinión y hábitos. Si desarrollamos el concepto veremos que la presumible libertad de nuestros actos y pensamientos está vinculada a la diversidad de fuentes informativas de las que bebamos, dado que si abusamos de ciertos canales o puntos de vista, los datos que obtendremos nos harán llegar a conclusiones bastante previsibles.

Es parecido al oleaje bursátil, donde el miedo, la euforia o la confianza, sentimientos humanos que provocan el alza o la baja de las acciones, son previsibles y consecuencia de informaciones que, de conocer de antemano, nos haríamos ricos de la noche a la mañana. Los medios de comunicación, controlados por los grupos de poder de turno, emiten la información que les conviene para que el espectador valore las cosas tal y como ellos creen que deben ser juzgadas. Sería una actitud paranoide el pensar que unos pocos controlan totalmente nuestras ideas, por suerte, hoy en día el flujo de datos es tan intenso y diversificado que nadie sería capaz de controlarlo al completo, pero sí que debemos ir con cuidado de otorgar imparcialidad o veracidad a lo que leemos o vemos. Siempre ha existido una manipulación de la sociedad por parte de la misma sociedad, los ejecutores son a la vez víctimas.

A parte de las mareas de información premeditadas que surgen de los grupos ideológicos y de poder, existe un oleaje de frecuencia y impregnación mucho mayor, es la conciencia del siglo XX (ya veremos si se mantiene durante el siglo XXI). Es evidente que vayas donde vayas del globo hay un sentimiento global de valores muy diferenciado (aunque sea en su fondo, y no en sus formas) del que había por ejemplo en el siglo IV antes de Cristo. Y ante esta asunción de valores hay que ser igualmente cauto, lo que hoy todo el mundo cree correcto no debe por que serlo.

Paseando por Alexa, un indexador de webs que valora su posicionamiento comparativo, me he encontrado con un gráfico curioso. Comparando lacaixa.es , youtube.com y youporn.com, vemos una interesante correspondencia con su movimiento ondulatorio de visitas. Lacaixa.es, donde la gente gestiona sus cuentas y economía doméstica, tienen un claro aumento de visitas periódicamente al empezar el mes. Pasan los recibos, hay que   hacer transferencias, mirar como crecen los números rojos y ver que se puede hacer al respecto. A medida que va pasando el mes, se van solucionando los problemas y disminuyen los movimientos, pero inversamente, la gente se relaja, aburrida en el trabajo visita youtube a escondidas del jefe. En estos tiempos de crisis, a principios de mes todos nos vemos obligados a correr para conservar el tipo, pero a medida que pasan los días perdemos un poquito las ganas de trabajar. El ciclo sería similar al semanal, donde el lunes la mayoría de gente va al trabajo con energía y ganas de hacer cosas, mientras que el viernes (o el sábado), los que están en oficina pasan el tiempo en youtube o facebook –Total… -piensan- pa lo que queda. Los ciclos son concéntricos a diferentes magnitudes: Etapa, año, curso, mes, día… Pero en el gráfico vemos una curiosidad, pase lo que pase, la masturbación masculina sigue un flujo continuo e inalterable.

Este ejemplo solo nos evidencia la confluencia de acciones y pensamientos, toda una vida humana podría resumirse en intentar cumplir un modelo de vida inculcado, por una tendencia social, y modificado por tendencias informativas a lo largo de la existencia. El camino de la rata (trabaja – aparéate – hipotécate – consume – trabaja), es sin duda un modelo que la mayoría de personas asumen porque “es lo que hay que hacer”, como en el siglo XV creer en dios era “lo que había que hacer”.   Pero de nada sirve si todo se queda en buenas intenciones, el soñar y no hacer también forma parte de un modelo, y al final, siempre quedan en nada los buenos propósitos del nuevo año.