Estas últimas semanas me ha sido prácticamente imposible escribir, absorbido tal café churrupado por “la agencia que parió a Papá Noel”. Ha sido un parto arduo, sí, el parto de la burra por así decirlo, pero al fin pilarín llegaron las vacaciones navideñas, el vinum sabatti, y el cebarse como pavos, lanzándose a un hedonismo popularmente ejercido.
¡Quiero irme lejos! ¡A Betlem m´en vui anar! … y si es posible no volver, quedarme con los pastorcillos tejiendo rebequitas, tocando el silbato, y voceando como en los concursos de perros pastor.