La casa y el Mundo



littlehouse.jpgHoy me he levantado pensando en Política, nunca me había pasado. Bueno, en política exactamente no; en pensamiento político.

Me ha parecido curioso el hecho que a menudo, la gente con pensamiento de derechas, tiende a ser conservadora en el aspecto de la vida personal. Es decir, a pesar que por definición son gente emprendedora, que cree en la iniciativa privada, en el riesgo en el mundo, en lo que concierne dentro de casa, tienen un gran miedo a la inestabilidad. De ahí todo ese afán por defender la familia, la monogamia y la religión.

Por otro lado, entonces me he planteado, ¿cómo es genéricamente la persona de izquierdas en estos aspectos?. Pues totalmente lo contrario. La persona de izquierdas cree en la libertad personal, no tienen problemas a la hora de cambiar de pareja si está mal con esta, a descubrir y explorar su sexualidad. Sin embargo, en el terreno profesional, suelen ser personas asalariadas, que buscan la estabilidad laboral, que no arriesgan montando una empresa.

Estoy hablando de topicos, claro está, que nadie se ofenda, pero por mi experiencia muchas veces se cumplen. En los dos casos, vemos una clara confrontación de actitud en lo referente a la vida personal (la casa) y la vida profesional (el mundo). La casa y el mundo, como en el libro de Rabindranath Tagore, esa es la cuestión.

Una vez oí que alguien decía que el hombre piensa en el mundo aunque se destruya su casa, en cambio la mujer piensa en su casa aunque se destruya el mundo. ¿Tendrá algo que ver? Quizás se trate de una cuestión de soporte emocional: Si tu retaguardia está bien cubierta, es más facil embarcarte en empresas, luchar y volver a la seguridad del nido por la noche. Aunque pensándolo bien, está claro que muchisimas personas de izquierdas tienen una vida personal totalmente satisfactoria, y todo este embrollo pierde consistencia. Se trataría en esencia de un conflicto de valores más que de modelo económico.

Hay gente que cree que el dinero les proporcionará felicidad o aquello que desean. Hay otra gente que cree que la felicidad no la compras con dinero. En los dos casos creo que hay un punto de verdad y un punto de error. El término medio, el equilibrio, otra vez, nos dará la mejor opción.

Eso es lo que he pensado esta mañana. Después me he fumado un cigarro y he ido a ducharme.


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