El ser humano piensa de una forma estructurada, todo lo clasifica y disecciona para poder digerirlo. El tiempo, sin sus días, horas, segundos ni minutejos, resultaría un conglomerado de masa espacio-temporal algo confusa para la mayoría.
A veces, cuando veo que algo no termina de funcionar, el instinto organizador del hombre emerge en mí, y me dedico a poner etiquetas en los fríos dedos pulgares de las cosas, como cadáveres inertes, que una vez con el cartelito colgando adquieren un nuevo significado. Eso nos tranquiliza, por más que aborrezcamos las ideas platónicas, tenemos la necesidad imperiosa de poner nombre a las cosas.
A menudo me he preguntado como debe ser un concepto dentro de nuestro cerebro. Deduzco que serán estructuras concretas de conexiones neuronales, similares a raíces enmarañadas. La magia viene dada por los enlaces entre diferentes ideas, sería interesante descubrir la pauta de intersecciones y uniones que existen entre, por ejemplo, la estructura neuronal que define la idea de perro y la estructura neuronal que define la idea de animal. Quizás las ideas sean conglomerados de recuerdos en que se han definido patrones de prototipo por semejanza (un ideal que se compara con la información que percibimos y así se reconoce). El perro sería el ladrido, sus patas, su pelo… es curioso que al pensar en un perro me venga a la mente la imagen de una raza en concreto, el beagle. Sin embargo, seguidamente me vienen las imágenes del pastor alemán, de un alegre san bernardo, o del perro salchicha… todas estas imágenes están conectadas de una forma específica y asociadas a millones y millones de otros conceptos. Navegando por las redes neuronales uno podría permanecer a la deriva durante siglos.
Es posible que en mi cerebro junto la idea de avestruz, tenga la idea de correcaminos o palo de golf.
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Dado que para entender el mundo hay que clasificarlo, hoy voy a hacer una segmentación de uno de los aspectos más importantes en que, a mi entender, debe cultivarse el ser humano: Las Artes. Pero no las artes en su significado reducido y específico, sino en su sentido más amplio, de campos de habilidades que engloban técnica, conocimiento, y estética. Aquí vendría bien hablar de la palabra china “Kung fu”, para esclarecer un coco a lo que me refiero. En occidente, Kung Fu se asocia a artes marciales, a esos acróbatas frenéticos que danzan imitando animales y lanzan puntapiés imposibles al aire. No obstante, en realidad la palabra Kung Fu significa “Maestría en un arte”. Tu Kung Fu cocinando o trabajando la madera podría ser muy bueno, no es necesario que le pegues una patada voladora a nada. Así, el arte se entiende como aquello que es susceptible de ser dominado con maestría. Y para mí en concreto, que además incluye un componente de trabajo estético.
He dividido las artes en diferentes campos que responden a las destrezas necesarias para desarrollarlas. Es decir, el buen pintor es fácilmente también buen escultor, ya que su habilidad es plasmar en el mundo real formas que tiene en la cabeza.
Sin más preámbulos, empecemos con la enumeración de las 6 artes madre:
Ars Culinae
El arte de la cocina, de la preparación de alimentos y bebidas, siendo una de las industrias más antiguas y fecundas. En él podríamos englobar cocineros, panaderos, productores de vino, queso y demás víveres. El olfato es una herramienta clave en este arte, y no sé hasta que punto la confección de perfumes podría estar asociada a él, aunque también tendría vinculaciones con el siguiente arte.
Ars Cupidinis
El arte del sexo, como obtención y suministración de placer. Los buenos amantes han sido poco valorados, teniendo en cuenta que han tenido que descubrir sus recetas de forma muy autodidacta. En nuestra sociedad existe un gran tabú sobre este campo, se lo juzga bajo una moral cristiana, y poco se ha escrito sobre él como pericia artística. Pero nadie podrá negarme la gran importancia que tiene en la vida de una persona común, y el enlace directo con instintos fundamentales, como nos pasaría con el comer o imaginar.
Ars Spectri
Las artes visuales, de recreación y creación de lo imaginado o visto. Son las que desde siempre se han entendido como artes puras por su predominante componente estético. La pintura, la escultura, el diseño, la animación, el cine… la lista es inagotable.
Ars Symbolorum
Las artes de las palabras, los símbolos y sus significados. La literatura, la oratoria, o la poesía serían algunos de sus representantes. Son aquellos campos donde se juega con los conceptos que encierran las palabras. Aunque, por poner un ejemplo, la poesía visual de Joan Brossa para mi bebería a la vez del Ars Symbolorum y del Ars Spectri, pero mayormente se debería encuadrar dentro del Ars Symbolorum dado que lo importante son los símbolos, el medio de transmisión plástico es solo un vehiculo. Claro está, muchos artistas mezclan categorías en la ejecución de sus proyectos, dotándoles de significado, forma, sonido y aroma.
Ars Musicae
La música es una herramienta de transmisión de sentimientos inagotable. Sus estructuras, plasmadas por las notas y sus sonidos, ahondan en nuestro cerebro despertando sensaciones y estados de ánimo. Es un arte complejo y sutil, que al juntarse con el Ars Symbolorum en las letras de las canciones, se transforma en un arma terriblemente eficaz para hacer reír, soñar o llorar.
Ars Corporis Mobilis
Las artes del cuerpo en movimiento, la plástica del ser humano, en fin, la belleza de su dinámica. En él encontramos la danza y el baile, ciertas artes marciales, los funambulistas, equilibristas y otras destrezas circenses.
Bueno, ahora que tengo esto bien ordenadito, será cuestión de guardarlo en un cajón.